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BIZCOCHO MÁRMOL

lunes, 17 de junio de 2013

Este es un bizcocho que no dejará indiferente a nadie. Jugoso, tierno, sabroso, con una combinación de sabores irresistibles, sencillo y a parte de todo esto (que ya es mucho), queda precioso.

Cuando lo hice en casa duro menos de un asalto, ya que es ideal para tomar a cualquier hora: en el desayuno con un té, después de la comida con un café, en la merienda, por la noche.......a todas horas porque está delicioso.

Creo que puedo decir alto y claro que siendo uno de los bizcochos más sencillos y pocos laboriosos que he hecho hasta el momento, es uno de mis preferidos sin lugar a dudas.

Espero que os animéis a hacerlo porque estoy segura de que a más de un@ os pasará igual que a mí.

Os dejo con la receta.




INGREDIENTES:

  • 120 gr de mantequilla a temperatura ambiente.
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla.
  • 300 gr de azúcar blanca.
  • 2 huevos.
  • 300 gr de harina.
  • 160 gr de leche entera.
  • 1 sobre de levadura.
  • 60 grs de cacao en polvo sin azúcar, yo uso el de la marca Valor. 


PREPARACIÓN:


Precalentamos el horno a 180º. Engrasamos un molde con mantequilla, yo suelo poner papel de horno en la base. Reservamos.

En un bol tamizamos la harina y la levadura. Reservamos.

En el bol de la amasadora, batimos la mantequilla junto con el azúcar a velocidad media hasta que la mezcla blanquee.

A continuación, incorporamos los huevos uno a uno y sin dejar de batir, es importante no añadir el siguiente hasta que el anterior no esté totalmente integrado.

Echamos la mitad de la mezcla de harina y levadura y batimos. Añadimos la mitad de la leche y volvemos a batir. Terminamos de echar el resto de la harina y el resto de leche y mezclamos bien hasta obtener una mezcla homogénea.

En un cuenco separamos seis cucharadas de masa y en ella echamos el cacao en polvo y batimos bien, hasta obtener nuestra masa de chocolate.

Por último, añadimos el extracto de vainilla a la masa blanca y batimos.

En el molde que te teníamos previamente engrasado echamos toda la masa de vainilla, es decir, la de color blanca. Cuando la tengamos bien repartida, echamos en cucharadas la masa de chocolate como más nos guste.

A mí me quedó de esta forma.




Con la punta de un cuchillo pinchamos sobre una de las manchas de chocolate y movemos delicadamente en todas direcciones para repartir los colores.




Hasta que obtengamos una masa con esta mezcla de colores.




Horneamos durante 30 minutos aproximadamente o hasta que al pincharlo en el centro con un palillo, éste salga limpio.

Dejamos enfriar durante unos minutos dentro del molde, para dejarlo enfriar completamente sobre una rejilla.




Para terminar podéis espolvorear azúcar glas por encima pero a mí me pareció tan bonito que decidí dejarlo tal cual. Espero que os guste, ñam ñam.




Hasta pronto y sobre todo, ¡¡gracias por leerme!!




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